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Yaskawa News
GMG implementa un robot GP12 de Yaskawa para la alimentación de envases en el proceso de etiquetado de una empresa farmacéutica
Gracias al robot MOTOMAN GP12 de Yaskawa, la etiquetadora diseñada por GMG para un cliente del sector farmacéutico es capaz de etiquetar 40 envases por minuto, en varios formatos distintos.
GMG, empresa especializada en etiquetadoras, se enfrentó al desafío de optimizar el proceso de alimentación de envases de un nuevo medicamento desarrollado por una de las empresas líderes del sector farmacéutico. Dicha compañía, buscaba una solución automatizada que garantizase la eficiencia y precisión en la producción, optimizando el proceso para aumentar su productividad.
Con una amplia experiencia en la fabricación de etiquetadoras, GMG desarrolló un completo proyecto que resolvería todas sus necesidades. Para llevar a buen término esta solución, se encontraron con la necesidad de integrar un sistema de robotización para la alimentación de envases en su línea de producción.
Motoman GP12 para la alimentación de envases en el proceso de etiquetado
Desde GMG necesitaban un equipo capaz de manipular de una manera precisa y eficiente distintos formatos de bandejas a una cadencia elevada. En concreto, el proceso de alimentación implicaba el manejo de varios formatos de bandejas, una para cada tipo de envase.
Por suerte, el cliente ya contaba en sus instalaciones con una solución de Yaskawa y, contentos con el rendimiento que estaba ofreciendo, querían seguir confiando en la compañía nipona para esta nueva instalación.
Con sus necesidades concretas claramente definidas, desde GMG se pusieron en contacto con Yaskawa Ibérica. Desde Yaskawa realizaron un meticuloso análisis, tanto del proceso productivo como de la solución diseñada por ellos. Además, también realizaron un exhaustivo estudio y decenas de simulaciones de movimientos y tiempo para ver cuál era el mejor robot para este proyecto concreto. Una vez comprobaron que era capaz de cumplir los tiempos de ciclo exigidos por el cliente, llegaron a la conclusión de que la mejor opción era el robot de manipulación compacto Motoman GP12.
Esta solución de fácil instalación y mantenimiento ofrece una capacidad de carga útil de hasta 12 kg. Además, su alta velocidad de funcionamiento y un alcance de 1440 mm permitía cumplir de manera holgada las exigencias de manipulación y ritmo presentadas por el cliente. Por último, su sistema de protección IP65/67 y sus certificaciones en materia de seguridad, facilidad de limpieza e higiene, encajaba perfectamente con las necesidades de una industria como la farmacéutica.
Un sector que, a causa del papel que desempeña en el bienestar de la sociedad, requiere que cualquier equipo que entre en contacto con los productos supere un minucioso proceso de documentación que abarca desde certificaciones a materiales utilizados, validación de planos, (instalación eléctrica, programación…), etc.
En palabras de Xavi Muntal, General Manager de GMG: “fue muy cómodo trabajar con Yaskawa. En lo referente a la programación del robot, que es lo más complejo, enviaron un especialista que nos ayudó con todo. Es algo que tendremos en cuenta de cara al futuro porque nuestro equipo ya conoce el robot, sus especificaciones, la programación y la integración son muy sencillas y ofrecen un gran servicio al cliente”.
Diseño concreto para necesidades específicas
El proyecto supuso un gran número de desafíos interesantes para la compañía, más allá de las normativas en calidad e higiene. Por ejemplo, el de la alimentación de los envases, ya mencionado anteriormente, que quizás fue el más complejo en la fase de diseño.
Para solventarlo, desde GMG diseñaron diferentes garras y programaron la repetición de movimientos de cada formato para tener en cuenta tanto la forma de las bandejas como la posición de los inyectables. Además, el sistema cuenta con su propia trazabilidad gracias a una cámara para visión y posicionamiento de la etiqueta.
Adicionalmente, el cliente también requería que el sistema contase con un número de acumulaciones de varias pilas de bandejas; lo que añadía una dificultad extra a la hora de realizar la programación. Desde GMG diseñaron un sistema en el que, una vez se alimentan los envases, las bandejas vacías también son apiladas en una cinta de salida. De esta manera, cuando llegan a una acumulación concreta, se sacan con unas cintas que liberan al operario de estar centrado exclusivamente en esta tarea. El resultado es una etiquetadora con un periodo de trabajo autónomo entre los 10 y los 15 minutos, dependiendo del formato.
Por último, al tratarse de un producto muy exclusivo y para el consumo humano, su etiquetado tenía que ser tremendamente preciso, por lo que había que integrar un sistema de rechazo para todos aquellos inyectables que no estaban correctamente cualificados. Así, cuando la solución marca la etiqueta con el número de lote y la fecha de caducidad, si el inyectable no cumple una serie de parámetros, rechaza la etiqueta.
Este era un proceso que antes de la instalación de la etiquetadora de GMG se realizaba de manera manual, dando lugar a posibles errores humanos. Tras su automatización, que requirió de una segunda cámara que verificase el marcaje, no sólo se ha acelerado el proceso, sino que se ha eliminado la posibilidad de cualquier tipo de error.
40 envases etiquetados por minuto, en varios formatos.
El resultado final es una etiquetadora completamente automatizada, capaz de etiquetar hasta 40 envases por minuto, en varios formatos. Es decir, capaz de etiquetar 2.400 productos en una hora.
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